07-Ana Iglesias
Su afición a la fotografía comenzó desde que ella era muy niña, casi sin que ella se diera cuenta...
Su tío abuelo fue un fotógrafo muy reconocidos de su ciudad natal Orense. Ana se recuerda entrando al laboratorio con la luz roja en la puerta, esperando con impaciencia entrar a ese lugar mágico donde los olores, las luces y sombras se mezclaban en el ambiente en donde las fotografías aparecían de repente entre líquidos y luego se colgaban con pinzas; lugar donde su abuela, mujer pionera, se dedicaba a revelar las fotografías. Desde entonces, la fotografía ha formado siempre parte de su vida.
Al terminar su carrera -Ana es químico de profesión-, se une al grupo de jóvenes fotógrafos de la “Agrupación fotográfica Orensana”, quienes crean el “Outono Fotográfico”, muestra fotográfica muy importante y reconocida que se sigue llevando a cabo en la actualidad y por la cual han pasado ya más de cinco mil fotógrafos incluyendo a Ana. En esta época estaba tan pegada a la fotografía que decidió montar su propio laboratorio “artesanal” en el baño de su casa.
Por circunstancias de la vida, después de casarse y tener a sus dos hijos, abandona la fotografía por muchos años, hasta que hace unos cuatro años le regalan una cámara digital Sony compacta que le hace recordar lo mucho que había extrañado hacer fotos.
Alguien le habla de fotocommunity y se anima a abrise una cuenta. A partir de ese momento la cantidad de fotos y los nuevos amigos le hacen descubrir el nuevo mundo de la edición, en el cual encuentra un espacio creativo que la tiene atrapada.
Ese es su modo de expresar la belleza que hay en cualquier imagen, por más cotidiana que esta pueda parecer. Ella parte de la imagen para editar, le gusta que sus trabajos se queden a medio camino: entre la fotografía y la pintura. Actualmente le obsesiona la luz.
El tipo de fotografía que más le gusta es la “callejera”. Disfruta de salir a la calle a fotografiar y captar escenas cotidianas y retratos. Siente un gran respeto por todas las personas que fotografía, admirando a todos los fotógrafos que se dedican a otras disciplinas que a ella le cuestan más.
En su búsqueda constante la acompaña Ricardo, con su paciencia infinita, y su cámara Sony-NEX 5 (con dos objetivos: un lente 18-55 mm y uno 18-200 mm), con la cual Ana cree haber logrado el entendimiento perfecto.
Entre todos los fotógrafos que admira y sigue, destaca dos nombres que la han marcado: Ouka Leele y Cristina Garcia Rodero.
Siempre lleva una cámara a la mano porque sabe que la fotografía de su vida la está esperando y no quiere que la pille desprevenida.
Este último año ha realizado cinco exposiciones tanto individuales como colaboraciones, por lo que se tomará un descanso para poder pensar en nuevos proyectos.
Los mejores momentos que le ha regalado la fotografía son los instantes cuando observa la reacción de una persona ante sus fotos y puede intuir su emoción.
Ana se considera una eterna aprendiz, por lo que no se anima a dar consejos. Sólo puede recomendar estudiar, leer mucho, investigar, ver fotos y más fotos, disparar siempre y disfrutar de la magia de esta afición. Nunca hay que desanimarse, que la foto de nuestra vida está a la vuelta de la esquina.
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