11-kurrucucu
Nuestro compañero Florencio A. Gimenez Casado, más conocido en nuestra comunidad como “Kurrucucu”, es natural de Madrid.
La fotografía es su mejor terapia de evasiva, pone su mente en orden y hasta le hace olvidar cualquier dolor físico que se le pudiera presentar.
Su pasión por la fotografía viene desde hace mucho tiempo sin que siquiera lo supiera. Hoy una fotografía puede emocionarlo tanto, que a veces llega a las lágrimas tras observar la foto de algún compañero.
De la fotografía analógica, no conoce más que el trabajo con una Minolta de bolsillo —una de aquellas con carrete alargado— y la experiencia de haber ayudado un par de veces a revelar en la casa de un amigo.
Un día se compró una Olympus digital de bolsillo y ahí empezó la magia. Dio un salto cualitativo a una Sony P93 compacta, luego pasó por sus manos una Canon S2 también compacta, de ahí una Nikon D60, luego una Nikon D5000 y por último, su joya en la corona: la Fujix100s. Con estas dos últimas es con las que trabaja regularmente, con objetivos de gama media Tamrom 18-270, Sigma 70 -300 y un maravilloso 50mm de Nikon. Estos, además del flash , trípode y monopie, conforman su equipo fotográfico actual.
Su inspiración para fotografiar, y lo que sin duda más le atrae, son las personas. Es fanático del retrato, sobre todo le gusta la fotografía urbana con personas, capturar momentos sin ser visto (robados) intentando siempre ser respetuoso. Si se da la ocasión, le gusta tomar contacto con la persona fotografiada y mostrarle la foto. Hasta ahora no ha tenido problemas.
Sin embargo, no pierde el tiempo y fotografía todo lo “fotografiable”. Su mayor reto está entonces en la postproducción o edición digital.
Le gusta mucho aplicar la ironía y el humor a sus imágenes ya que no hay cosa que le guste más que ver una sonrisa o crear pequeñas polémicas. Siempre buscando pasar un buen momento de diversión.
Si la foto le sale mal, no se amilana e intenta sacarle algo positivo al editarla. Es así como convierte muchas fotos malas en bocetos para pintar lo quiere encima —metafóricamente hablando—.
Si le preguntan cuál es la foto que nunca ha hecho, él responde: “la que haré mañana o dentro de un minuto” y si la pregunta es ¿cuál es el mejor momento que te ha regalado la fotografía?, él responde: “conocer a todos mis amigos de fotocommunity, tanto a los que estan aún aquí como con los que sigo manteniento contacto afuera. El compartir los momentos que hemos vivido juntos y los que aún vendrán”
Si alguien le pidiera un consejo, Floren no le daría uno, sino varios: “ser humilde y reconocer tus errores. Si hay que pedir perdón, hazlo, pero sé respetuoso ante todo. Si das un consejo, que sea para que la otra persona se forme a sí misma, no para que se parezca a tí”. Estos son aspectos fundamentales a los que él mismo intenta acercase.
No le gustan los fotógrafos monotemáticos, prefiere a los creativos que saltan de un lado para otro: el que hace un bodegón o el mejor paisaje.
Floren aprende de muchos fotógrafos de fotocommunity. Para corroborarlo, sólo tienes que mirar su lista de amigos y allí encontrarás los nombres de todos los fotógrafos de los que Floren aprende y se empapa. Intenta siempre aprender y mejorar la técnica pura de la fotografía observando los trabajos de los compañeros más avanzados. Se considera a sí mismo como un aprendiz incansable, ni mejor ni peor que nadie.
La fotografía es su mejor terapia de evasiva, pone su mente en orden y hasta le hace olvidar cualquier dolor físico que se le pudiera presentar.
Su pasión por la fotografía viene desde hace mucho tiempo sin que siquiera lo supiera. Hoy una fotografía puede emocionarlo tanto, que a veces llega a las lágrimas tras observar la foto de algún compañero.
De la fotografía analógica, no conoce más que el trabajo con una Minolta de bolsillo —una de aquellas con carrete alargado— y la experiencia de haber ayudado un par de veces a revelar en la casa de un amigo.
Un día se compró una Olympus digital de bolsillo y ahí empezó la magia. Dio un salto cualitativo a una Sony P93 compacta, luego pasó por sus manos una Canon S2 también compacta, de ahí una Nikon D60, luego una Nikon D5000 y por último, su joya en la corona: la Fujix100s. Con estas dos últimas es con las que trabaja regularmente, con objetivos de gama media Tamrom 18-270, Sigma 70 -300 y un maravilloso 50mm de Nikon. Estos, además del flash , trípode y monopie, conforman su equipo fotográfico actual.
Su inspiración para fotografiar, y lo que sin duda más le atrae, son las personas. Es fanático del retrato, sobre todo le gusta la fotografía urbana con personas, capturar momentos sin ser visto (robados) intentando siempre ser respetuoso. Si se da la ocasión, le gusta tomar contacto con la persona fotografiada y mostrarle la foto. Hasta ahora no ha tenido problemas.
Sin embargo, no pierde el tiempo y fotografía todo lo “fotografiable”. Su mayor reto está entonces en la postproducción o edición digital.
Le gusta mucho aplicar la ironía y el humor a sus imágenes ya que no hay cosa que le guste más que ver una sonrisa o crear pequeñas polémicas. Siempre buscando pasar un buen momento de diversión.
Si la foto le sale mal, no se amilana e intenta sacarle algo positivo al editarla. Es así como convierte muchas fotos malas en bocetos para pintar lo quiere encima —metafóricamente hablando—.
Si le preguntan cuál es la foto que nunca ha hecho, él responde: “la que haré mañana o dentro de un minuto” y si la pregunta es ¿cuál es el mejor momento que te ha regalado la fotografía?, él responde: “conocer a todos mis amigos de fotocommunity, tanto a los que estan aún aquí como con los que sigo manteniento contacto afuera. El compartir los momentos que hemos vivido juntos y los que aún vendrán”
Si alguien le pidiera un consejo, Floren no le daría uno, sino varios: “ser humilde y reconocer tus errores. Si hay que pedir perdón, hazlo, pero sé respetuoso ante todo. Si das un consejo, que sea para que la otra persona se forme a sí misma, no para que se parezca a tí”. Estos son aspectos fundamentales a los que él mismo intenta acercase.
No le gustan los fotógrafos monotemáticos, prefiere a los creativos que saltan de un lado para otro: el que hace un bodegón o el mejor paisaje.
Floren aprende de muchos fotógrafos de fotocommunity. Para corroborarlo, sólo tienes que mirar su lista de amigos y allí encontrarás los nombres de todos los fotógrafos de los que Floren aprende y se empapa. Intenta siempre aprender y mejorar la técnica pura de la fotografía observando los trabajos de los compañeros más avanzados. Se considera a sí mismo como un aprendiz incansable, ni mejor ni peor que nadie.
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