12-Goyo-Alonso
Goyo Alonso muestra y define como una persona llena de inquietudes, entre ellas, esta que nos ocupa a todos, la fotografía, a la que le dedica con ciertas dosis de ilusión gran parte de su tiempo libre. Lo que empezó como una afición útil para conservar recuerdos, lugares, viajes e imágenes de personas conocidas, derivó con el paso de los años en necesidad vital. La fotografía para él significa una búsqueda de emociones a través de la captura y tratamiento de imágenes.
Empezó con la fotografía, como muchos, con la cámara de sus padres, una de baquelita que no tenía ningún secreto, sólo el disparador, pero fue ese sonido del disparo lo que siempre lo atrajo profundamente. Era época donde los rollos todavía eran de papel y había que ponerlos en la oscuridad, tenía el formato 16x16 y sacaba unas escasas 12 fotografías que luego había que llevar a revelar, teniendo que esperar largos días para poder ver el resultado. Había que seleccionar con cuidado la toma de cada fotografía. Luego tuvo una pequeña Olympus que duplicaba a 72 los carretes de 36. Ya con su primer sueldo se compró una réflex Fujica, que lo
acompañó durante muchos años, sin embargo hubo un largo tiempo en el que dejó de hacer fotos, tanto que en ese intervalo llegaron las primeras cámaras digitales.
En su pasión por la fotografía influyó mucho la práctica del montañismo ya que deseaba conservar los paisajes de las montañas y las aventuras que en ella se desarrollaban en imágenes. Era su anhelo conseguir imágenes con la belleza de las que veía en las proyecciones de expediciones a los Alpes o los Himalayas.
Le gusta pintar al óleo, sin embargo, los pinceles, la paciencia y las necesarias dotes artísticas que este arte requiere, lo condujo directamente a la inmediatez de la fotografía. Ella lo estimula tanto como lo relaja, lo
satisface tanto como lo decepciona.
Con respecto al equipo fotográfico, confiesa ser fiel a la marca Olympus. Tiene varias cámaras de esta marca y ahora usa la E-3, si sale sólo a fotografiar. Si sale en bici, saca a pasear a su querida E-500 y nunca vuelve a casa sin algunas tomas en la tarjeta, por ello cree haber inventado la ciclofotografía, o sea, dar pedales absorbiendo lo que lo rodea, siempre a la caza de ese paisaje por descubrir, de ese rincón olvidado, de un momento inesperado o de esa luz efímera...
Cuando hay nubes mucha nubes, los paisajes lo llaman. Hay días en que madruga para poder capturar las luces del amanecer, que le atraen más que las del ocaso. La niebla, el otoño, las arrugas en los rostros de los mayores o las sonrisas cómplices en los retratos de los niños, el erotismo insinuante de las curvas femeninas fundidas con luz tenue, las texturas de objetos en decadencia, cerraduras, maderas, óxidos, desconchones en paredes, las ruinas de las casas abandonadas, la abstracción en los colores, los detalles marineros o las barcas varadas en la arena, la magia de las sombras en los trabajos en blanco y negro...eso y más es lo
que lo llena de inspiración.
No tiene fotógrafos de referencia, aunque para él casi todos tienen algo de lo que aprender. Su última visita a una exposición fue a la de Antonio García-Alix, le encantó la fuerza que transmite en su última obra auto-fotográfica. Sebastiao Salgado se cuenta también entre sus favoritos y hace años le apasinaba David Hamilton por la suavidad de sus imágenes. Además le gusta visitar las diferentes exposiciones de Photo España que cada año se exhiben en Madrid, pero reconoce que cuando contempla una fotografía, rara vez mira el nombre del autor.
Entre los mejores momentos que le ha regalado la fotografía están el compartir afición con su hija Iria o ver la evolución de personas que han crecido como fotógrafos a su lado. También resulta muy interesante disfrutar de la amistad y el compañerismo que se respira en las quedadas con otros colegas. Con respecto al econocimiento, recién empezaba la Oficina de Turismo de Irlanda le compró una foto para la portada del catálogo de ese año en España y como funcionó bien, al año siguiente se utilizó para el mismo uso por la Oficina de Turismo de Francia. Oír al público comentar con aprecio su obras durante las exposiciones que ha realizado también le resulta estimulante. Además conserva con cariño los mejores comentarios recibidos en FC.
Entre sus proyectos más cercanos están el montar un estudio y realizar una nueva exposición fotográfica.
Si tuviera que darle un consejo a una persona que recién esté empezando con la fotografía le diría que mire muchasfotos, todas las que pueda, eso le dará criterio a la hora de enjuiciar las suyas propias. Además le aconsejaría que tire muchas fotos, que en principio no se preocupe por tener la mejor réflex del mercado, ni los objetivos más caros, ni por conseguir la técnica más depurada, ni por aparatos sofisticados, filtros y otros cachivaches y mucho menos por utilizar el software de última generación, que sea él o ella mismo/a, pero sobre todo, que disfrute y se lo pase bien ...porque para mejorar siempre hay tiempo ...
Empezó con la fotografía, como muchos, con la cámara de sus padres, una de baquelita que no tenía ningún secreto, sólo el disparador, pero fue ese sonido del disparo lo que siempre lo atrajo profundamente. Era época donde los rollos todavía eran de papel y había que ponerlos en la oscuridad, tenía el formato 16x16 y sacaba unas escasas 12 fotografías que luego había que llevar a revelar, teniendo que esperar largos días para poder ver el resultado. Había que seleccionar con cuidado la toma de cada fotografía. Luego tuvo una pequeña Olympus que duplicaba a 72 los carretes de 36. Ya con su primer sueldo se compró una réflex Fujica, que lo
acompañó durante muchos años, sin embargo hubo un largo tiempo en el que dejó de hacer fotos, tanto que en ese intervalo llegaron las primeras cámaras digitales.
En su pasión por la fotografía influyó mucho la práctica del montañismo ya que deseaba conservar los paisajes de las montañas y las aventuras que en ella se desarrollaban en imágenes. Era su anhelo conseguir imágenes con la belleza de las que veía en las proyecciones de expediciones a los Alpes o los Himalayas.
Le gusta pintar al óleo, sin embargo, los pinceles, la paciencia y las necesarias dotes artísticas que este arte requiere, lo condujo directamente a la inmediatez de la fotografía. Ella lo estimula tanto como lo relaja, lo
satisface tanto como lo decepciona.
Con respecto al equipo fotográfico, confiesa ser fiel a la marca Olympus. Tiene varias cámaras de esta marca y ahora usa la E-3, si sale sólo a fotografiar. Si sale en bici, saca a pasear a su querida E-500 y nunca vuelve a casa sin algunas tomas en la tarjeta, por ello cree haber inventado la ciclofotografía, o sea, dar pedales absorbiendo lo que lo rodea, siempre a la caza de ese paisaje por descubrir, de ese rincón olvidado, de un momento inesperado o de esa luz efímera...
Cuando hay nubes mucha nubes, los paisajes lo llaman. Hay días en que madruga para poder capturar las luces del amanecer, que le atraen más que las del ocaso. La niebla, el otoño, las arrugas en los rostros de los mayores o las sonrisas cómplices en los retratos de los niños, el erotismo insinuante de las curvas femeninas fundidas con luz tenue, las texturas de objetos en decadencia, cerraduras, maderas, óxidos, desconchones en paredes, las ruinas de las casas abandonadas, la abstracción en los colores, los detalles marineros o las barcas varadas en la arena, la magia de las sombras en los trabajos en blanco y negro...eso y más es lo
que lo llena de inspiración.
No tiene fotógrafos de referencia, aunque para él casi todos tienen algo de lo que aprender. Su última visita a una exposición fue a la de Antonio García-Alix, le encantó la fuerza que transmite en su última obra auto-fotográfica. Sebastiao Salgado se cuenta también entre sus favoritos y hace años le apasinaba David Hamilton por la suavidad de sus imágenes. Además le gusta visitar las diferentes exposiciones de Photo España que cada año se exhiben en Madrid, pero reconoce que cuando contempla una fotografía, rara vez mira el nombre del autor.
Entre los mejores momentos que le ha regalado la fotografía están el compartir afición con su hija Iria o ver la evolución de personas que han crecido como fotógrafos a su lado. También resulta muy interesante disfrutar de la amistad y el compañerismo que se respira en las quedadas con otros colegas. Con respecto al econocimiento, recién empezaba la Oficina de Turismo de Irlanda le compró una foto para la portada del catálogo de ese año en España y como funcionó bien, al año siguiente se utilizó para el mismo uso por la Oficina de Turismo de Francia. Oír al público comentar con aprecio su obras durante las exposiciones que ha realizado también le resulta estimulante. Además conserva con cariño los mejores comentarios recibidos en FC.
Entre sus proyectos más cercanos están el montar un estudio y realizar una nueva exposición fotográfica.
Si tuviera que darle un consejo a una persona que recién esté empezando con la fotografía le diría que mire muchasfotos, todas las que pueda, eso le dará criterio a la hora de enjuiciar las suyas propias. Además le aconsejaría que tire muchas fotos, que en principio no se preocupe por tener la mejor réflex del mercado, ni los objetivos más caros, ni por conseguir la técnica más depurada, ni por aparatos sofisticados, filtros y otros cachivaches y mucho menos por utilizar el software de última generación, que sea él o ella mismo/a, pero sobre todo, que disfrute y se lo pase bien ...porque para mejorar siempre hay tiempo ...
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