La ciudad no es solamente parte de quienes somos, es lo que somos, una mezcla de distintas culturas, niveles socioeconómicos y religiones, buscando la sobrevivencia. A veces nos sentimos atrapados en esta misma entidad que nos define, y sirve verla desde lejos, desde un punto donde nosotros la observamos a ella, y no al revés. La ciudad flotante nos da cierto sentido de calma, y nos aleja brevemente de nuestras preocupaciones terrenales.