sangre y cebolla

sangre y cebolla

nanas de la cebolla

La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre. Una mujer morena resuelta en lunas se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete niño que te traigo la luna cuando es preciso. Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor. Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma. Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro. Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.

Poema que el poeta español Miguel Hernandez desde la carcel dedica a su hijo. El poeta muere en la carcel el dia 28 de marzo de 1942 a los treinta y un años de edad.


Como me habeis preguntado por la simbologia del la hoz y el martillo, deciros de su participación durante 1937 en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas celebrado en Madrid y Valencia, y su posterior viaje a la Unión Soviética, Comunista, en representación del gobierno de la República eran referentes de un viaje ideológico.
Los barrotes la carcel, e inconscientemente la cuna de los sentimientos del enorme amor y sufrimiento del poeta.