Agonizando, con las raices al aire.
Por siglos de mis manos te he esperado,
he esperado tu esquina cada instante,
espiando tus miradas, sol gigante,
y solo he recibido azul callado.
Y ahora que tu cruz ya la he llevado,
ahora, me contemplo agonizante,
temiendo al tiempo, con las raices al aira,
y haciendo un lecho nuevo en el pasado.
Ten en cuenta que en vida me has robado
algo más, la tierra prometida,
inflando tu recuerdo hasta matarme.
Sólo temo mentirte demasiado
por la condena libre de mi vida,
en las hienas misteriosas del invierno.
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