Llamita envuelta en la niebla de Machu Picchu.
Al amanecer, cuando la mayoría de los turistas que llegan desde Cusco están todavía en el tren hacia Machu Picchu y cuando la niebla sigue cubriendo una parte del sitio arqueológico inca, una llamita de pocos días aparece de golpe retozando y feliz de vivir. ¡Un encuentro efímero pero muy agradable!
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