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Phoenix canariensis

Phoenix canariensis

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Phoenix canariensis

Phoenix canariensis, la palmera canaria o palma canaria, es una especie de palmera endémica de las Islas Canarias. Debido a su belleza, facilidad de adaptación y resistencia al frío es una de las palmeras que más se usa en jardinería. Es una especie protegida en las islas de origen. La palmera canaria se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural del Archipiélago Canario, conjuntamente con el canario.
Palmera de gran tamaño, con tronco (estípite) grueso y muy coriáceo, sus hojas (palmas) en densos penachos palmeados, pueden medir entre 2 y 3 metros de largo. Las flores se disponen en densos racimos anaranjados. Frutos más pequeños que los dátiles.

Son palmas solitarias, alcanza un tamaño de 10–15 m de alto y 50–80 cm de diámetro, armadas; tallos gruesos con las vainas de las hojas persistentes; plantas dioicas. Hojas pinnadas, numerosas, 5–7 m de largo, las superiores erectas, las inferiores péndulas o arqueadas; pinnas en número de 150 pares, arregladas en distintos ángulos, las inferiores modificadas a manera de acantofilos; vaina de 150 cm de largo, formando una red fibrosa. Inflorescencias interfoliares, ramificadas, de 100 cm de largo, axilares, mucho más cortas que las hojas, brácteas inconspicuas; raquillas no ramificadas, numerosas, arregladas en espiral, amarillo-anaranjadas, sépalos connados en un cúpula baja; flores estaminadas blanquecinas, pétalos valvados, estambres, pistilodio ausente; flores pistiladas globosas, pétalos imbricados, estaminodios generalmente 6, carpelos libres, foliculares. Frutos generalmente desarrollándose de un solo carpelo, ovoides, 2–3 cm de largo, anaranjado-amarillentos, residuo estigmático apical, epicarpo liso, mesocarpo carnoso, endocarpo membranoso; semilla conspicuamente acanalada, endosperma homogéneo, eofilo simple
Habita las zonas bajas de las Islas Canarias, típicamente entre 10 y 500 metros sobre el nivel del mar, siendo parte de la vegetación llamada Bosque termófilo. Con las raíces aprovecha bolsas de agua subterráneas, sobrevive a cortos periodos de encharcamiento, fija tenazmente el sustrato y puede anclarse en los más inestables fondos de barranco. Es una especie muy longeva, tanto que los ejemplares más altos llegan a superar los dos y quizás tres siglos de edad.

En Chile, Argentina, Bolivia y Perú se utiliza como árbol ornamental principalmente en plazas y parques; y se planta en ciudades de clima mediterráneo, e incluso en ciudades de clima templado del sur de Chile, como por ejemplo la ciudad de Valdivia. En la Península ibérica prospera en todas la fachadas litorales y las altitudes medias del interior, tanto en el Valle del Ebro como en la Meseta Sur; en Andalucía llega hasta los 913 metros en la Hoya de Guadix; en la meseta norte, con veranos más cortos, se observan ejemplares aislados que crecen muy lentamente en exposiciones protegidas a altitudes de hasta 800 metros sobre el nivel del mar, como por ejemplo en el Huerto de Calixto y Melibea de Salamanca.
En Canarias existe una multitud de aprovechamientos de las distintas partes de la palmera, hoy parcialmente en desuso. En la Isla de La Gomera, se extrae la savia llamada guarapo para producir la Miel de Palma. Produce frutos comestibles llamados támaras que son parecidos a los dátiles de Phoenix dactylifera, pero de menor tamaño y menor calidad para el paladar. Las hojas se utilizan como escobas, es común ver a los barrenderos de las islas utilizarlas como herramienta de trabajo.

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Cámara FinePix HS20EXR
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Diafragma 6.4
Tiempo de exposición 1/320
Distancia focal 17.5 mm
ISO 100