Santa María del Prado

Santa María del Prado

El 25 de mayo de 1.088, la Virgen del Prado llegó como parte de la Comitiva Real de Alfonso VI a la aldea del Pozo de Don Gil, y los lugareños solicitaron al Rey que se la entregase (dicen que porque se les aparecía a los vecinos) para erigir en su honor una pequeña ermita para venerarla. Alfonso X la restauró y amplió, hasta darle categoría de iglesia (románica), en el siglo XIII, y en 1.531 se reconstruyó totalmente (sólo quedó la “puerta del Perdón”), dando origen al actual y bello templo tardo-gótico de “Nuestra Señora del Prado”.

En 1.755, el conocido terremoto de Lisboa destruyó el edificio, y se inicia la reconstrucción del mismo, que finalizaría en 1.827, con la impresionante torre de piedra de cuatro cuerpos prismáticos rematados por uno ochavado, con elementos decorativos exteriores de estilo renacentista. En 1.875, por Bula del Papa Pio IX, la iglesia de Santa María pasó a ser la “Basílica Prioral de Ciudad Real”, trasladandóse a ella los elementos de boato de las cuatro Ordenes Militares (Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa), tales como el Porta Paz de Uclés o la Silla Maestral de la Orden de Santiago.

El interior es de una sola nave, siendo ésta la única catedral de España de estas características, con pseudo-crucería estrellada con terceletes muy ornamentada del final del gótico, con dos capillas, una a cada lado de la nave central: la de San Miguel y la del Santo Cristo. Es la iglesia abovedada en piedra con mayores dimensiones de España (53 m. de largo, 18 m. de ancho y 34 m. de alto), si exceptuamos la de Gerona.

Pero lo que da personalidad y sello a esta Catedral es su magnifico retablo renacentista, mandado construir en 1.616 al escultor Giraldo de Merlo y al pintor Juan de Hasten, por el rico ciudadrealeño, residente en México, Juan de Villaseca, con temas del Nuevo Testamento. Para no perdérselo. He aquí mi punto de vista de esta magnífica Basílica Prioral.